¿Qué tanto afectan las fuentes de luz artificiales a la piel?

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Dermatip del día: ¿Qué tanto afectan las fuentes de luz artificiales a la piel?

Ya es muy conocido el hecho de que no sólo el sol emite radiación UV que daña a la piel. Las fuentes artificiales de luz como las lámparas, monitores, focos, etc. también tienen la capacidad de emitir radiación UV. El daño a la piel dependerá de qué tan cerca se esté a ellas.

De acuerdo a la FDA (Food and Drug Administration) la exposición a la luz artificial durante 8 horas a menos de 30 cm de distancia equivale a 1 minuto y 20 segundos de exposición directa al sol.

De todas las fuentes de luz, las lámparas compactas fluorescentes (CFL) son las que más pueden emitir radiación ultravioleta. Las lámparas fluorescentes compactas ofrecen una alternativa eficiente al consumo de energía en comparación con los focos  incandescentes, pero aunque son mejores para el ambiente y la cuenta de luz, pueden causar daño a la piel cuando se encuentran a distancias cortas.

Además se ha encontrado por diversos estudios que estas lámparas emiten no sólo radiación UVA, sino UVC, que es  la más mala porque causa daño en el DNA.  La radiación UVC proveniente del sol no llega a nuestra piel ya que no atraviesa la atmósfera, pero puede ser liberada de los focos fluorescentes debido a las pequeñas grietas en los revestimientos de fórsforo de estas lámparas (que es lo que se utiliza precisamente para protegernos de la radiación UV de estos focos). Sin embargo, se hicieron varios estudios donde se observó que la mayoría de los focos CFL permitían que la luz UV escapara.

Estos estudios clínicos también demostraron que los focos fluorescentes provocan un gran riesgo a la piel si se encuentran a 30 cm o menos de distancia. Aquellas personas con padecimientos de la piel sensibles a la luz son los más predispuestos a ser afectados. Entre estas afecciones se encuentran el lupus eritematoso, dermatitis solar, erupción polimorfa lumínica, urticaria solar, entre otras.

La exposición UV proveniente de la luz artificial ayudaría a explicar porqué las personas que por su trabajo no se exponen continuamente al sol, también desarrollan daño solar o manchas de sol en la piel.  Quiere decir que están expuestas a este tipo de focos durante varias horas.

A diferencia de los focos fluorescentes, los focos incandescentes no emiten radiación UV y por eso no ocasionan daño a la piel.  Las luces halógenas también son seguras ya que tienen filtros UV. Se recomienda que las lámparas que se usen en los escritorios o para la lectura  usen  este tipo de focos, además de mantener cierta distancia de las lámparas fluorescentes, por lo menos más de un metro.

En cuanto a los monitores, las nuevas pantallas planas o LCD que se encuentran en la mayoría de las laptops y televisores no emiten luz UV. Una exposición de por vida no daña a la piel o a los ojos, sin embargo sí puede ocasionar vista cansada.

Recuerda que el protector solar debe aplicarse todos los días e incluso en lugares techados, sobre todo los iluminados con lámparas fluorescentes.