ALOPECIA AREATA

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Alopecia Areata

La alopecia areata es una pérdida de cabello benigna, que no deja cicatriz, y que se presenta en diferentes formas.

Se denomina areata por presentar zonas sin cabello “en áreas“.

El mecanismo exacto de alopecia areata se desconoce pero se cree que es una condición autoinmune para la cual se tiene predisposición genética. No hay herencia directa, pero se ha observado que un 20% de los pacientes con alopecia areata presentan antecedentes familiares.

Existe mucha evidencia de que hasta el 90% de los pacientes con alopecia areata presentan anticuerpos dirigidos contra el folículo piloso. Además se le ha asociado con otras condiciones autoinmunes como enfermedades tiroideas y vitiligo.

La aparición de la caída de pelo muchas veces coincide con un antecedente de una infección viral previa o enfermedad febril, ingesta de medicamentos, trauma físico, embarazo e incluso un evento estresante importante hasta 6 meses antes de la aparición de la alopecia.

La alopecia areata afecta a cualquier raza y sexo y puede aparecer en cualquier edad.

La ausencia de cabello puede ser en cualquier zona donde haya Alopecia areata folículos pilosos. Se observa más frecuentemente en piel cabelluda; le siguen la barba, cejas y extremidades. Se observa como placas lisas sin pelo, algunas levemente rojizas, ovaladas o redondas. Estas pueden ser únicas o múltiples. En ocasiones puede haber afectación de las uñas con presencia de hoyuelos y otras anormalidades.

El diagnóstico de la alopecia areata es clínico. Rara vez se necesita hacer biopsia.

Aunque puede presentarse una repoblación de pelo espontánea, también suceden las recurrencias. En la actualidad no hay un tratamiento 100% efectivo para prevenir o detener la progresión de la alopecia areata.

Todos los tratamientos van encaminados estimular el crecimiento del cabello y disminuir la respuesta inmunológica. La respuesta al tratamiento es muy variable, no hay manera de predecir la evolución y el resultado. Tienen mejor pronóstico aquellos pacientes con pocas lesiones.

El tratamiento en cada caso va dependiendo de la extensión del problema, la edad del paciente y la preferencia personal del paciente.

El tratamiento aplicado puede ser a base de corticoesteroides, retinoides o irritantes. Para el tratamiento oral hay inmunomoduladores, citoestáticos y vasodilatadores. También se puede realizar aplicaciones intralesionales (inyectados directamente en la lesión) de corticoesteroides y otros medicamentos que ayudan a disminuir la respuesta inmunológica local. La fototerapia con psoralenos (PUVA) es otra opción de tratamiento que ha obtenido buenos resultados.