DERMATITIS SEBORRÉICA

Dermatitis Seborréica

La dermatitis seborréica es una alteración de la piel caracterizada por la presencia de enrojecimiento y escamas en áreas seborréicas del cuerpo como son piel cabelluda, cara y tronco.

La dermatitis seborréica es causada por una producción en exceso de sebo, además de la participación de Malassezia, una levadura (hongo) que habita normalmente en la piel. Esta levadura libera ácidos grasos que inflaman la piel, además de activar el sistema inmunológico. lo que provoca la inflamación y enrojecimiento local en personas susceptibles. Se presenta de forma intermitente, exacerbándose típicamente con los cambios climáticos y el estrés. Afecta a cualquier raza y sexo y puede presentarse en cualquier etapa de la vida.

El grado más leve de la dermatitis seborréica es lo que se conoce como “caspa” y puede afectar de un l5 hasta el 20% de la población. Los casos severos presentan inflamación con formación abundante de escamas en la zona afectada, que se acompaña de comezón importante.

Se pueden utilizar numerosos tratamientos para la dermatitis seborréica. Aquellos que ayuden a regular la sobreproducción de sebo y los antifungicos para disminuir la población de Malassezia . Por lo general no se recomiendan los corticoesteroides por el riesgo de ocasionar rebotes. Dependiendo de cada caso, pueden requerirse solo shampoos medicados. Se reserva el medicamento oral para casos severos.

La dermatitis seborreica se confunde a menudo con “resequedad”, por lo que el utilizar emolientes grasosos para tratar esta resequedad puede empeorar el problema. En el caso de quienes padecen dermatitis seborreica de cara se recomienda no utilizar productos con base oleosa o grasosa para humectar la piel. En el caso de que esté afectada la piel cabelluda, se recomienda no aplicar acondicionadores o productos para el cabello como gel, mousse o spray directamente sobre la piel, si no solo en el cabello.

Cuando las recomendaciones diarias o el medicamento no mejoran el problema, el dermatólogo puede realizar estudios complementarios, como la biopsia (muestra de piel) para descartar otras identidades con características similares, como la psoriasis.