XEROSIS

Xerosis

La xerosis es un problema dermatológico muy común. La xerosis se refiere a la piel seca con comezón, que además se presenta rasurada o con escamas. Es muy frecuente en extremidades, pero también puede presentarse en el tronco.

La xerosis se debe a una pérdida de agua epidérmica, debido a la inhabilidad de la piel de retener humedad y proveer una barrera
efectiva, muchas veces por falta de contenido lipídico en la barrera cutánea, el cual ayuda a retener la humedad.

Esta deshidratación, además de provocar mucha comezón, hace que la piel se vuelva frágil, con facilidad para escoriarse y sangrar con el rascado, lo que puede ocasionar una infección bacteriana secundaria. El rascado crónico provoca un engrosamiento de la piel (liquen simple), por la respuesta inflamatoria al traumatismo. Este engrosamiento de la piel causa aún más comezón, por lo que se incrementa el rascado.

En ocasiones, la disminución de sudor y función de glándula sebácea predispone a disminución de la humectación natural de la piel. Esto sucede sobretodo en meses fríos cuando la humedad ambiental es menor.

La xerosis se asocia a personas de edad avanzada, diabéticos, enfermos renales, deficiencia nutricional (zinc y ácidos grasos), enfermedad tiroidea, malignidades, medicamentos antiandrogénicos y diuréticos.

 

XEROSIS

LIQUEN SIMPLE CRÓNICO

El tratamiento de la xerosis es a base de humectación de la piel con cremas y emolientes con gran contenido lipídico, que ayuda a restaurar la barrera cutánea y la facultad de retención de agua. Se recomiendan baños cortos de menos de 5 minutos de duración, y con agua templada (el agua caliente elimina la grasa de la piel). El
aplicarse las cremas emolientes inmediatamente posterior al baño, con la piel aún humedecida, favorece la penetración.

Si existe algún padecimiento concomitante, como diabetes, tiroides, insuficiencia renal, etc., es importante llevar un buen control del padecimiento para mejorar los síntomas de la xerosis.

También es importante evitar el rascado, pero cuando es muy intensa, además de la humectación diaria se pueden recurrir a los antihistamínicos orales para disminuir y evitar el rascado crónico. La humectación de la piel debe ser diaria, aplicando las cremas varias veces al día, para mantener la barrera cutánea bien hidratada y efectiva.