NEVOS

Nevos

Los nevos, también conocidos como lunares, son tumores benignos de la piel compuestos de melanocitos (células que producen pigmento).

Pueden verse desde el nacimiento, o aparecer en la infancia. La aparición de nuevos lunares tiene que ver en parte con la exposición a la radiación
ultravioleta del sol. Los factores genéticos también están involucrados en el desarrollo de algunos nevos.

Los nevos melanocíticos (pigmentados) se observan más a menudo en personas de piel blanca. Estos nevos son benignos, pero hay casos en que se les ha asociado con melanoma (cáncer de piel.) La frecuencia exacta en la que un nevo melanocítico se puede transformar a melanoma se desconoce, pero se cree que sea menor al 5%, sin embargo, se estima que hasta un 40% de los melanomas se iniciaron en un nevo melanocítico.

Los nevos melanocíticos congénitos (de nacimiento) gigantes son raros, y se consideran una malformación de nacimiento. Pueden asociarse con otras malformaciones en el cuerpo por lo que es importante hacer estudios adicionales a estos pacientes. Estos tienen más riesgo de transformarse eventualmente en melanoma por lo que es importante la vigilancia periódica con el dermatólogo.

Los nevos melanocíticos no tienen predilección por el género, pero se sabe que son susceptibles a los cambios hormonales (se pueden agrandar o oscurecer) por ejemplo en el embarazo.

NEVO MELANOCITICO

NEVO CONGÉNITO

NEVO DISPLÁSICO

La aparición de nuevos lunares se incrementa en las primeras 3 décadas de la vida, con un pico máximo en la cuarta y Sta década de la vida. Existe evidencia de que la radiación ultravioleta en la infancia se correlaciona con el desarrollo de nevos melanocíticos en los siguientes años.

Existe una variedad de nevos melanocíticos, como el Nevo de Spitz, nevo azul, nevo de unión, nevo compuesto, nevo de Ito y nevo de Ota. El dermatólogo tiene la formación y experiencia para identificar estos lunares, informar al paciente y orientar sobre su manejo en caso de requerirse.

Un tipo particular de nevo melanocítico. el nevo displásico (displasia anormalidad en el desarrollo de las células), es de gran importancia para el dermatólogo, ya que se consideran lunares inestables, o lesiones precursoras de melanoma. Estos lunares son planos, con aspecto de “huevo estrellado”; tienen una parte central elevada, rodeada de una zona plana de pigmentación más oscura. Puede haber predisposición en la familia para presentar este tipo de lunares, incluso hay síndromes familiares en donde se presentan múltiples nevos displásicos en el cuerpo.

Se considera que las personas con un número mayor de ICQ nevos displásicos, tienen riesgo elevado de padecer melanoma.

La autoevaluación periódica de los lunares es esencial para identificar signos de alarma que pueden sugerir un cambio hacia la malignización. La regla ABCDE es de gran utilidad para ayudar a distinguir una lesión sospechosa:

A- Asimetría (el lunar no es uniforme si no que tiene formas abigarradas)

B- Borde (los bordes no son nítidos sino difuminados o de apariencia deshilachada)

C- Color (no tienen un solo tono si no varios: café obscuro, café claro, azul, e inluso rojo)

D- Diámetro ( los lunares mayores de 6 mm pueden ser sospechosos, y requieren de observación)

E -Evolución (los lunares que aparecen repentinamente y presentan un crecimiento rápido pueden ser de

alto riesgo)

Es importante revisar áreas del cuerpo que no se observan regularmente, como la espalda y plantas de los pies. También es importante notar la presencia de síntomas en los lunares: comezón, dolor, irritación o sangrado, e incluso la aparición de pigmento en una lesión que no solía tener pigmento, ya que también pueden sugerir una transformación hacia una lesión maligna.

Es importante que los médicos generales o familiares envíen a las personas con lunares de apariencia atípica con el dermatólogo, quien es el que puede diagnosticar y manejar las lesiones pigmentadas. En la mayoria de los casos, los nevos melanocíticos se retiran por cuestiones cosméticas, o por sospecha de poder malignizarse.

La biopsia excisional (extirpación total) es el procedimiento de elección para la eliminación de los nevos melanocíticos. Debido a la naturaleza de las lesiones pigmentadas, se recomienda no usar métodos como el rasurado, nitrógeno líquido, láser ablativo o cauterio, ya que está la posibilidad de no retirarlos por completo. El análisis histopatológico (microscopio) confirmará si se ha retirado la lesión en su totalidad. Todas las lesiones pigmentadas deben mandarse a analizar bajo microscopio, de preferencia con un dermatopatólogo certificado. Nevo epidérmico

Los nevos epidérmicos son un grupo de lunares no melanocíticos (no pigmentados) y también consideradas lesiones benignas. Estos nevos se deben a un sobrecrecimicnto de la epidermis (última capa de la piel) y sus componentes. Pueden estar presentes desde el nacimiento o presentarse en los primeros años de vida.
Existen varios tipos de lunares epidérmicos que se clasifican según la base de su principal componente: glándula sebácea, glándula sudorípara, folículo, y queratina.

Entre los más frecuentes están el nevo verrugoso, nevo sebáceo, nevo epidérmico inflamatorio lineal, nevo ecrino, nevo comedónico y nevo de Becker.

Rara vez afectan a más de un miembro de la familia.

SKINDERMA_NEVO SEBACEO

Dependiendo del tamaño y localización, algunos de estos lunares se pueden retiran por medio de cirugía. En otros casos se puede optar por láser, luz pulsada e incluso crioterapia (nitrógeno líquido). Sin embargo, en la mayoría de los casos se manejan con tratamiento conservador (no quirúrgico).