BOTOX

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Botox

Botox es un producto médico que contiene toxina botulínica. La toxina botulínica es producida por una bacteria llamada Clostridium botulinum, la cual se encuentra en la tierra y en algunos sedimentos marinos.

Esta toxina botulínica se considera una neurotoxina porque causa parálisis flácida de los músculos, inhibiendo la liberación de acetilcolina (neurotransmisor) de las terminales nerviosas.

La infección por la bacteria produce la enfermedad que se conoce como Botulismo, que generalmente se transmite al ingerir alimentos contaminados con la bacteria, sin embargo el riesgo de causar Botulismo con la aplicación cosmética de toxina botulínica es muy improbable, ya que las cantidades son mínimas comparadas con la dosis letal para un humano, que se considera es alrededor de 3,500 Unidades de toxina botulínica.  En una sesión promedio de Botox se aplican de 30 hasta 100 U.

El tratamiento de Botox para la mejoría de las arrugas de expresión es un procedimiento que está aprobado por la FDA que evalúa su eficacia y seguridad.

Hay varios tipos distintos de toxina botulínica (A, B, C, D, E, F y G). La tipo A es la que más se usa para procedimientos cosméticos. La marcas de toxina botulínica más conocidas son BOTOX®.

El uso cosmético y dermatológico de la toxina botulínica requiere un conocimiento profundo de la anatomía y función de las áreas que se van a tratar (músculos faciales y alrededor del ojo).

La toxina botulínica sólo mejora las líneas de expresión o arrugas causadas por movimiento muscular. No tiene efecto sobre las arrugas causadas por daño degenerativo debido a la exposición solar crónica.

Es el tratamiento ideal para tratar las arrugas del entrecejo, pata de gallo, horizontales de la nariz (de conejo) y frente.

Las contraindicaciones para la aplicación de toxina botulínica son:

-Arrugas que no son causadas por movimiento.

-Hipersensibilidad a la formulación.

-Embarazo y/o lactancia.

-Infección en el sitio de aplicación.

-Expectativas irreales.

Los posibles efectos indeseados o secundarios de la aplicación de toxina botulínica son temporales y se desvanecen al poco tiempo.  Entre estos están:

-Dolor durante la aplicación.

-Moretón en la zona de aplicación.

-Dolor de cabeza posterior a la aplicación.

-Ptosis palpebral (caída del párpado superior)

-Asimetría (se puede corregir con una aplicación posterior)

-Formación de anticuerpos contra la toxina botulínica (un bajo porcentaje de pacientes desarrollan resistencia a la toxina, por lo que puede requerirse mayor cantidad de toxina botulínica en las sesiones siguientes para lograr un efecto similar.)

La ptosis palpebral (caída del párpado superior) puede suceder cuando se inyecta la toxina muy cercana a la ceja.  Es de las complicaciones más frecuentes y puede ocurrir hasta 2 semanas después de la inyección. Sucede por la migración de la toxina por el septum orbital al músculo orbicular del párpado.  Se recomienda hacer gestos para que se incremente la fijación de la toxina y evitar el masaje de la zona para evitar la difusión de la toxina hacia otros sitios.

Se deben evitar los antiagregantes plaquetarios (disminuyen el tiempo de coagulación en la sangre) como aspirina y los antiinflamatorios no esteroideos como diclofenaco y naproxeno por lo menos 1 semana antes de la aplicación de toxina botulínica.

En el procedimiento se aplica hielo en el sitio de inyección antes y después del tratamiento para disminuir el dolor y reducir el riesgo de inflamación o moretón.  Después de la aplicación se puede reintegrar a sus actividades diarias de inmediato.

Las recomendaciones post tratamiento son dormir boca arriba los primeros dos días y no agacharse o cargar cosas pesadas.  Se puede realizar actividad física leve y no está contraindicada la exposición al sol.

El efecto máximo se alcanza de los 3 a los 7 días después de la aplicación, con un pico máximo de hasta 1 mes.  Los resultados duran de 4 a 6 meses con reaparición gradual de las arrugas.