Dermatitis Átopica
La dermatitis atópica es una enfermedad de causa desconocida que inicia por lo general en la infancia, aunque también puede iniciar en la etapa adulta, y se caracteriza por lesiones eczematosas (presentan inflamación, enrojecimiento, hinchazón y en ocasiones costras), xerosis (resequedad), y liquenificación (engrosamiento de la piel).
El término atopia se refiere a la hipersensibilidad (alergia) que presentan ciertas personas hacia sustancias o condiciones que para el resto de la población son inocuas.
Esta enfermedad se asocia con otros padecimientos alérgicos como la rinitis alérgica, urticaria, asma y reacciones alérgicas a ciertos alimentos. Aunque es un padecimiento que no pone en peligro la vida, puede ocasionar muchos problemas emocionales y psicológicos a quien lo padece.
Puede afectar a cualquier raza y sexo, y aparecer en cualquier etapa de la vida. Los brotes de dermatitis atópica suelen ser intermitentes, con etapas de remisión completa, por lo general durante la adolescencia, y recurrencias en la etapa adulta.
Las personas con dermatitis atópica están más predispuestos a padecer urticaria y reacciones alérgicas a alimentos como cacahuates, huevo, leche, chocolate, soya, pescado y mariscos. También están más predispuestos a padecer infecciones por Staphylococcus aureus o Streptococcus pyogenes.
DERMATITIS ATÓPICA EN LACTANTES
DERMATITIS ATÓPICA EN ESCOLARES
DERMATITIS ATÓPICA EN ADULTOS
La comezón constante puede ser el único síntoma de la dermatitis atópica.
Los niños suelen rascarse y provocar excoriaciones, ocasionando una infección subsecuente de las lesiones. La dermatitis atópica puede aparecer al poco tiempo después del nacimiento. En los lactantes afecta principalmente en la cara, típicamente en las mejillas. En los escolares se observa en los pliegues de flexión de codos y rodillas. En los adultos puede afectar cualquier zona, pero se observa más frecuente en el cuello y párpados.
El diagnóstico de la dermatitis atópica es clínico. No son necesarios los exámenes de laboratorio y las pruebas de alergia no son de utilidad. La base del tratamiento de la dermatitis atópica es el proporcionar humectación para la resequedad, aliviar la comezón y manejar las lesiones eczematosas. La humectación debe ser constante durante el dia. Los baños deben ser cortos (menos de 5 minutos) y con agua templada. La ropa debe de ser de algodón y se debe evitar la lana y fibras sintéticas en contacto directo con la piel. Es recomendable no utilizar blanqueador ni suavizante de tela en la ropa, porque los residuos pueden ocasionar irritación. También se sugiere permanecer en ambientes frescos, y usar ropa liviana, ya que el sudor puede causar irritación y comezón.
Para el manejo médico de la dermatitis atópica existen numerosos tratamientos encaminados a mejorar los síntomas y disminuir la frecuencia de los brotes de las lesiones. Entre los medicamentos están los esteroides, antihistamínicos e inmunomoduladores. Los antibióticos solo se utilizan cuando hay una
infección bacteriana agregada.
La fototerapia con luz ultravioleta (UVA y UVB), ayuda a mejorar las lesiones. Aunque la de dermatitis atópica es curable, los cambios en los hábitos de cuidado rutinarios, el apego al tratamiento y manteniendo la humectada durante el día, puede ser suficiente para evitar los brotes.